Néstor Sánchez
Néstor Sánchez nació en 1935 en Buenos Aires.
Escribió Siberia Blues (1967), Cómico de la lengua (1973) y La condición efímera (1988), entre otras
obras. Un día, recibió
una revelación sagrada de la mano del
escritor armenio Georgi Ivanovitch Gurdjieff (1872-1949) y desde entonces, se alejó de las instituciones,
las letras y todo lo que consideraba profano. Había nacido un misterio en el
campo cultural: una figura mítica y escurridiza. A Osvaldo Baigorria este
misterio lo convocaba tanto que hizo un libro al respecto. Crónica al tiempo
que biografía autobiográfica, Sobre
Sánchez es un texto que bordea
la figura del enigmático escritor; libro cuyo narrador se manifiesta a través
de la búsqueda del otro. Su construcción remite, quizás adrede, a la lógica
lúdica de Rayuela, puesto que tiene
doble entrada de lectura: lo primero que encontramos es una advertencia que
propone, o bien el abordaje lineal (de modo tal que las notas al final, que
conforman el capítulo III, no se leerían en hipertexto sino como continuación
de las partes precedentes), o bien la lectura atenta de esas notas, que ayudan
a la construcción ficcional del biógrafo y su pesquisa. El primer y el segundo
capítulo se titulan “Voodoo Child” y “The Néstor Sánchez Experience”. El cuarto capítulo presenta “Libros y artículos
consultados”. La narración de “Voodoo Child”,
que responde más al perfil periodístico o a la crónica de una investigación
personal, contrasta con el academicismo de la última parte, plagada de notas al
pie. En estas notas abunda la exposición de las fuentes (entre otras, la revista
de los años ’80 Cerdos y peces) o las
referencias a las anécdotas propias); y esto quizás sea también una invitación
al lector a realizar su propia búsqueda del biografiado. El texto repone todo
un universo de significaciones. Por ejemplo, si Sánchez va a ser perfilado como
un lumpen, Baigorria cree necesario explicar
cómo concibe la palabra a partir de su propia experiencia lumpen. La genealogía de lecturas
compartidas con el escritor es uno de los caminos que encuentra Baigorria para
responder a sus dos preguntas iniciales: cómo fue la vida de Néstor Sánchez
durante su alejamiento de la industria editorial y durante sus días de clochard en los países del Hemisferio
Norte y cómo se gestó su renuncia a la escritura frente a una consagración en
camino.
Esta crónica/biografía exacerba el
valor retórico de la conjetura y la falta de certeza. Así, las incertidumbres
del cronista se capitalizan como algo positivo y son materia de reflexión: “Supuestos,
conjeturas, nadie sabe, la biografía es un género tramposo: no se puede
escribir una vida a menos que se la toque por encima, como si se improvisara.” Precisamente,
de la escritura en free jazz y sin standards hablaba Sánchez en los bares
porteños según los recuerdos de Ricardo Piglia relatados por Osvaldo Baigorria.
De modo que esa analogía entre improvisación y escritura perfila al personaje
biografiado.
La caracterización del lugar desde
donde se escribe, también construye la posición enunciativa: la isla del Delta
del Paraná, con recursos limitados y sin beca de investigación. Esa lejanía
geográfica y temporal entre Baigorria y Sánchez, es más bien una ventaja e impone
al biógrafo una suerte de viaje y “experiencia” del otro.
Las lecturas de Baigorria resultan
la fuente más apropiada para interpretar los indicios: Jack Kerouac, Osvaldo Lamborghini, Maurice Merleau-Ponty,
Aldous Huxley. La de Baigorria es una biografía beatnik, tanguera, jazzera,
viajante, y nos recuerda que las fuentes son tan falseables como la memoria.
Para él, su libro habría pasado de biografía fallida a postautobiografia: “Es
como un fractal. Cada fuente me remite a otra y otra más. (…) hay que trabajar
mucho para acercarse a la experiencia vivida por otro. Me pregunto hasta dónde,
si es posible aproximarme, o si no estaré proyectando sin querer mis propios
fantasmas sobre los agujeros negros que deja la estela de una vida pasada. Pero
no tengo más remedio que intentarlo.” Sobre
Sánchez es también un estado de la cuestión sobre la relación con un oscuro
objeto de deseo que imanta al autor de manera inexorable.
Yael Tejero
Me parece muy interesante que uno de los caminos que recorre el autor sea el de las lecturas compartidas con Sánchez.
ResponderEliminarMuy buena la frase "(...) y nos recuerda que las fuentes son tan falseables como la memoria".