lunes, 12 de mayo de 2014

La sangre que no vendió

                                                                                          Miguel Prenz


Adoraciones al diablo, asesinatos, violaciones, abortos e incontables litros de sangre son elementos que conforman La misa del diablo. Anatomía de un crimen ritual, la crónica de Miguel Prenz en donde la pobreza correntina cobra protagonismo a partir de la muerte de un nene de 12 años.

         “Pude ver fotos de Ramoncito. Tuve que verlas, para completar la descripción que muchos en Mercedes hacen de él con compasión impostada y exceso de diminutivos: Ramoncito, sí, el gurí flaquito y morochito que tenía el ojito izquierdo defectuoso, y andaba siempre solito por la terminal vendiendo estampitas”. Miguel Prenz lo enfatiza y, sin embargo, en su libro La misa del diablo. Anatomía de un crimen ritual él también habla de Ramoncito para referir a Ramón Ignacio González, un chico de Mercedes (Corrientes) que fue violado, decapitado y abandonado en un baldío como parte de un ritual satánico.
         Con una mezcla de reconstrucciones de los hechos en tercera persona, entrevistas en primera y descripciones dignas de una historia de terror, el periodista de Bahía Blanca presenta una crónica impactante y espeluznante en la que empieza relatando un caso aislado ocurrido en el 2006 para luego desentrañar una trama de crímenes impunes relacionados con la prostitución y el narcotráfico.
         El libro, publicado en el 2013 por Tusquets, retrata la vida de un pueblo pobre y una investigación inconclusa. A pesar de que hubo un juicio, en el cual fueron condenados siete de los nueve acusados, Prenz considera que el caso no está cerrado. Es por eso que, a lo largo de 23 capítulos, transcribe distintos puntos de vista, sean éstos anónimos o con nombres y apellidos; con respuestas mágicas o racionales; con un rango social importante o no. Todos ellos aportan una nueva teoría, una justificación: intentan responder la pregunta del autor sobre cómo pasó eso y por qué.
         En la crónica, esos protagonistas tienen voz propia: Prenz entrevista tanto a familiares de la víctima como a vecinos, vendedores, policías, jueces, investigadores, imputados, los describe y abre el espacio para que cada uno hable desde su perspectiva. Un claro ejemplo de ello son los capítulos sobre Ramonita, una amiga de Ramoncito, quien estuvo presente durante todo el ritual. Sin haberla conocido, el autor reproduce sus declaraciones, en las cuales Ramonita no sólo interpreta de manera infantil lo acontecido sino que también acusa a incontables personas, incluyendo a gente poderosa de Corrientes. En estas secciones el autor retrata de manera cruda y muy gráfica los actos de un grupo que buscaba invocar al demonio a través de la violencia, culminando con la realización de la denominada misa del diablo.
         Miguel Prenz, profesor en TEA y cronista publicado en las revistas Soho y Maxim, además de autor de El heredero del General, se interesó en la historia cuando notó que se dejó de hablar del caso: a pesar de la frase la sangre vende, eventualmente los medios de comunicación abandonaron la historia de Ramoncito. Desde entonces, investigó durante dos años sobre los personajes involucrados, la mitología correntina y los acontecimientos judiciales para volcarlos en un libro que aporta tanto informaciones anecdóticas como históricas.

         Influenciado por Rodolfo Walsh y Dashiell Hammett, el bahiense, a través de su crónica, abre más puertas de las que cierra. No por nada el autor pone a su libro en contraposición de A sangre fría, donde los culpables son enjuiciados y muertos, a diferencia de la crónica de la investigación fallida retratada en La misa del diablo. La sangre de su relato, según concluye, “aparece siempre para recordar algo que pasó, para alertar que ese algo sigue ocurriendo y para anunciar que ese algo seguirá”, aún cuando los medios dejen de interesarse.
                                                                             
                                                                                 Florencia Suárez

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